La interdependencia rural no es una utopía, de hecho hay comunidades rurales que nos sirven de ejemplo, a pesar de los intereses e impedimentos que genera la sociedad actual que nos rodea. No será la meta, pero sí el camino.
Porque la alternativa con mayor posibilidad de éxito en el desarrollo rural es la que cree y gestione la misma comunidad implicada. Es su responsabilidad y derecho. El poder elegir como, porqué y de que vivir y comer.
Cualquier otra forma que genere o corra el riesgo de generar dependencia externa, esta llamada al fracaso, porque tarde o temprano perderá su rentabilidad y por tanto su utilidad (según nuestros valores actuales).
La gestión de cualquier proyecto rural debe partir de la base de un diagnóstico gestionado por la misma comunidad, que es quien mejor conoce todas sus necesidades y expectativas y quien, además, debe asumir la voluntad y el compromiso de su desarrollo, así como las ventajas e inconvenientes que el mismo genere.
Así como el desarrollo del proceso debe estar ordenado de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, en todos sus sentidos, operativos y directivos.
El trabajo, como fuerza que genera potencialidades sociales y recursos, debe estar coordinado y dirigido por la misma comunidad para evitar, al máximo, cualquier tipo de dependencia externa con las consecuencias pérdidas sociales y culturales que siempre genera, así como el desplazamiento y a veces desaparición de las especies tanto animales como vegetales foráneas.
En este mismo orden de ideas hay que empezar a solucionar y gestar los recursos disponibles, comenzando por cubrir las necesidades básicas más elementales, la primera es sin duda el alimento, aunque siempre ha de ser la misma comunidad, quien determine el orden de las necesidades a solucionar.
Desde este punto de vista es muy importante partir de dos bases:
· Una, la petición de apoyo por parte de la comunidad para la solución de sus necesidades basándose en su propio diagnostico.
· Seguidamente se entraría a hacer una evaluación de campo para poder determinar, en consenso con dicha comunidad, el proceso a seguir.
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